Un estudio de Corficolombiana —reportado por El Tiempo— indica que el 40% de los hogares en Colombia vive en arriendo. Esta tendencia revela oportunidades para inversionistas que apunten a proyectos de renta. [Leer la fuente en El Tiempo]
En las últimas dos décadas, el precio de la vivienda en Colombia ha experimentado un incremento constante y significativo, impulsado por factores como la valorización del suelo, el crecimiento urbano, la inflación en los materiales de construcción y la alta demanda en las principales ciudades. Este aumento sostenido ha hecho que para muchas familias el acceso a la compra de vivienda sea cada vez más limitado, prolongando los tiempos de ahorro y obligando a una mayor dependencia de créditos con cuotas más elevadas.
Paralelamente, el mercado de arriendos continúa creciendo de forma acelerada. La necesidad de soluciones habitacionales inmediatas, la migración hacia zonas urbanas y los cambios en los modelos de vida —especialmente entre jóvenes profesionales— están generando una mayor presión sobre la demanda. Departamentos como Cundinamarca y Valle del Cauca destacan por su dinamismo inmobiliario, impulsado por expansión empresarial, desarrollo de infraestructura, presencia educativa y oportunidades laborales que atraen nuevos residentes de manera constante.
Para los inversionistas, este contexto abre un panorama especialmente favorable. La combinación de precios de venta elevados, mayor población arrendataria y crecimiento urbano sostenido está reduciendo la vacancia, lo que significa que los inmuebles permanecen ocupados por más tiempo y con mayor estabilidad. Las unidades pequeñas, bien ubicadas, cercanas a transporte, centros comerciales, universidades y polos empresariales son las más solicitadas, generando una demanda sólida y casi permanente. Esto convierte la inversión en vivienda para renta en una estrategia de alta eficiencia, con ingresos recurrentes y un riesgo relativamente bajo frente a otros activos.
